Hola, nuevamente aquí,
sin un centavo, y debiendo más de 3 monedas…
¿De qué sirven ahora todos esos lujos de vida de reina que te prometí?
¿Y de qué sirve todo aquello que sí te entregué, pero que no tiene precio?
Me pides demasiado,
porque demasiado es nada para ti
¿Qué más deseas, Hedón lujurioso?
Ya te llevaste casi todo:
Mi dignidad, manchada por tu vientre
Mi pensamiento, atravesado por tus dedos
Mi cuerpo, sumergido en tus deseos
Mis ideales, asesinados en tu boca
Si me queda algo es sólo mi libertad,
la misma que me ayudó a abandonarme,
¡perdón!, a abandonarte.
Y es lo único que queda en lo más profundo del vacío cofre
que reposa sobre la nevera.
viernes, marzo 27, 2009
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario