Ya no puedo pensar, has matado mis neuronas,
tal y como mataste por muchos años mi razón.
Simplemente ambos desaparecieron, tras la brisa que mueve tus cabellos.
¿Qué queda ahora? Pues nada, vacío, hueco, uno más…
¿Podrá volver a ser llenado? Bueno, al parecer por ahora no,
me he convertido en un ser capaz de formular correctos sentimientos,
“normales”, como diría mi vieja. Y a cambio de eso
¿qué he conseguido? ¿amigos banales como los que nunca quise tener?
¿nueva actitud “quiero-comerme-al-mundo”?
¿Valió la pena el cambio?
Yo creo que no ah…
Es como pedirle a Vallejo que sonría de oreja a oreja en todas las fotos que se toma: imposible, absurdo, inaudito…
viernes, marzo 27, 2009
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario