Y hacía tanto tiempo que ya no pensaba en ti…
Y todo aquel mar se fue secando por los rayos calientes de las horas,
hasta que hoy sólo queda en el fondo:
sal.
Pues sólo eso queda, un pequeño residuo de toda aquella mierda inicial.
Y has cambiado, y yo he cambiado,
nos hemos ido quemando bajo el sol,
en alguna playa escondida en el olvido y lo erótico de lo prohibido.
¿Qué ha cambiado? Si eres tú y soy yo, y son las mismas manos,
los mismos cabellos, los mismos pechos que se tocan,
mas son sólo los mismos ojos y no las mismas miradas, las que se ven.
Algo ha cambiado y no me arrepiento,
pues nada se ha roto.
No se ha roto la dulzura de tu rostro,
ni el rastro de tristeza en tu semblante, ni la rabia que emana de tus ojos,
ni la arrogancia que me transmiten tus manos.
Ni las esposas invisibles que laceran tus muñecas y las unen a las mías,
ni ese collar que alguna vez entres gritos te entregué,
y que desde entonces selló el contrato del embargo corporal.
Y sin embargo algo ha cambiado,
y esto me ofusca el pensamiento,
y ya no eres tú, ya no soy yo, ya no es nuestro sentir,
ni nuestro pensamiento,
ni nuestra mutua unión.
Es un hecho aparte,
¿cómo mentirte y afirmar que no doblego ante los movimientos danzantes de tus manos?,
¿cómo herirte diciendo que ya no me apetece buscarte?
¿De qué serviría gritarte que me dejes en paz, que tu belleza ya no importa, que tus provocaciones ya no me tientan y que tu respiración en mi cuello y tus labios llamando a mis labios, pueden, por mí, irse a la mierda?
Algo se ha roto, y no eres tú, no soy yo.
Mas no vuelvas a visitar mi morada,
que mi lecho, ya desde hace horas, dejó de ser tu lecho.
Yeh!, encontré el cuaderno perdido :P. Este principalmente me agrada mucho.
Para tí, hedón descolorido, tan ficticio e irreal como mis propios pensamientos.
domingo, noviembre 11, 2007
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