domingo, agosto 22, 2010

La Eterna Sinfonía de la Cadencia

Nuevamente había sucumbido bajo el obscuro velo de su porvenir. Nuevamente desorientada, nuevamente sin camino, perdida. Ese parecía un buen adjetivo para describirla, así se sentía, perdida. Pensó que en algún momento había visto su vida por delante y las estrellas le guiaban bajo el cielo y las flores de loto adornaban su futuro recorrido.


Pero no más.

Sus días de niñez lucían lejanos ya, eternamente inalcanzables. ¿Y qué había pasado con todo aquello soñado? ¿por qué ya no podía concluir ni una sola de sus metas? No parecía justo, no entendía cómo luego de hacer algo tan bien podía llegar a hacer otra cosa de manera tan desastrosa. Porque eso era por ahora, un desastre, un huracán que amenazaba con arrancar del piso todo lo que se cruzaba en su camino. No podía dejar de recordar las horas anteriores a la entrega del proyecto final, sabía que no lo terminaría, sabía además que ello le costaría el curso, y sin embargo… lucía al mismo tiempo tan distante, como si todo aquello no fuera más que parte de un tonto juego que había sido preparado para ella. El problema fue que no lo era.

Terminó aún más destrozada, manos en la cabeza, intentando que ésta no se hiciera pedazos por el bombeo insoportable de sangre a su sien, que palpitaba y palpitaba bajo sus manos, produciendo un ruido sofocado en sus oídos, ya usual para ella. Era el mismo ruido que la había acompañado casi toda su vida, (o lo que recordaba de ella), y que sólo podía compararse, como se enteraría luego, con el beat fortísimo y grosero del Hardstyle, ese tipo de música electrónica al que quedó pegada ni bien lo descubrió, “así es como deben de sentirse los bebés cuando escuchan las grabaciones del latido del corazón” pensó, ya calmada.

En fin… quizás sería sólo otro género musical que te apasionaría por un par de semanas y luego terminarías dejando por otro que llamara de igual manera tu atención, así sucedía también con las clases y las mujeres, pensaste.

¿Se te antojaba tan complicado comprometerte al menos con un par de proyectos en tu vida?, era casi detestable, yo sé que en el fondo te odiabas por ello: por nunca tener el suficiente valor de decir: “sí, hoy lo haré, me arrojaré y daré un paso, dejándole espacio a la incertidumbre para que haga de ese espacio lo que le plazca”. Pero sabías que no sería así, ni bien cedieras un poco el control bajo el que te sometías cada mes te sentirías ansiosa y sentirías también cómo poco a poco ese pequeño espacio iría infectando a los otros hasta convertirte en una gran masa constipada.

Por ello preferías no arriesgarte, vivir las situaciones que menos decisiones te pedían, y nunca ceder, nunca dar el paso sabiendo que no podrías retroceder, preferías mantenerte en el limbo, con medio paso sobre el puente colgante y ¾ en la tierra firme del acantilado, medio paso más y no habría marcha atrás, habrías perdido el control de la situación y esta podría tornarse del modo en que quisiera, sin siquiera preguntarte si estabas de acuerdo o no, después de todo, tu vida no era tuya, ¿no es así?

-Luego de que terminara el ciclo de arki xP

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